Aplicaciones prácticas Archives - Cognitio https://cognitio.com.ar/category/vida-cotidiana/ Teoría y método para la organización mental Thu, 16 May 2024 15:13:56 +0000 es-AR hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.7.1 Los paradigmas impuestos acerca del cuerpo https://cognitio.com.ar/cambio-de-paradigmas-a-partir-del-propio-cuerpo/ Wed, 13 Sep 2017 02:01:05 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=1953 Cuando la imagen del cuerpo viene inducida por modelos frívolos Teniendo en cuenta el objetivo pedagógico de nuestro sitio, presentamos una forma de esclavitud mental que acecha [...]

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Cuando la imagen del cuerpo viene inducida por modelos frívolos

Teniendo en cuenta el objetivo pedagógico de nuestro sitio, presentamos una forma de esclavitud mental que acecha tanto a hombres y mujeres, como a jóvenes y adultos de cuaquier condición. Nos referimos al tan mentado problema de la imposición de un modo de vestimenta que prepara el camino de la falta de autonomía de pensamiento.

Fuente en el siguiente link:Talles no realistas que esclavizan a mujeres y hombres

Talles no realistas que esclavizan a mujeres y hombres

Fundación Luminis – 5 Septiembre 2017

Compartimos un artículo referido al problema de los talles en el mercado de la indumentaria y proponemos una serie de interrogantes para su trabajo en las aulas desde una perspectiva integral: la dictadura de los talles encorseta tanto a mujeres como a hombres.

“Desde hace mucho tiempo, los cánones de belleza encorsetan el cuerpo y el alma de quienes se subordinan a sus dictados. El culto al cuerpo confirma que vivimos en una sociedad en la que los estereotipos rigen los comportamientos de muchos, hasta el punto de limitarnos en nuestras libertades a la hora de elegir qué comer, qué ponernos o qué sacrificar para alcanzarlos.

Bregar por desterrar ciertos concursos de belleza femeninos es sólo una forma de combatir la subversión de valores que premia al mejor envase y que cosifica al cuerpo femenino pisoteando su dignidad. Exigir que la industria textil provea prendas de tamaños reales para personas que suelen distar de tener medidas ideales es otra forma. La organización de la sociedad civil AnyBody Argentina reportó que casi un 70% de los argentinos refiere tener problemas para encontrar talles grandes “siempre o frecuentemente”. En estos días lanzaron la edición 2017 de la encuesta nacional de talles en la que todos podemos participar.

Las dificultades a la hora de querer comprar ropa nos permiten hablar de auténticas odiseas que activan sentimientos de frustración, enojo, impotencia y tristeza cuando las prendas sólo responden a segmentos reducidos de demanda, con efectos poco deseados en universos como el adolescente, más proclives a caer en trastornos alimentarios.

Una agencia brasileña lanzó una campaña bajo el paraguas de “No seas esclava de la moda” para una firma de ropa que se especializa en satisfacer las necesidades de mujeres reales. Las imágenes son impactantes: piernas, brazos, torsos oprimidos y con dificultad para moverse dentro de ajustadas prendas se exhiben ante la cámara una vez liberados, dejando a la vista las marcas de la opresión, etc.

La promulgación de una ley nacional que unifique las normativas provinciales de manera “coherente e inclusiva” debe exigir que haya entre siete y ocho talles. Se deben asignar los fondos necesarios para completar las mediciones antropométricas que realiza el Instituto Nacional de Tecnología Industrial con el fin de conformar una muestra suficientemente representativa.

Se prevé brindar los plazos necesarios a los empresarios textiles para que puedan adecuarse a los cambios que, de manera unificada, regirán en todo el país sin las actuales variaciones territoriales, contemplándose también algún incentivo impositivo. La sanción y aplicación de la esperada y demorada ley de talles será bienvenida; controlar su cumplimiento será entonces el nuevo desafío”.

* La Nación, sábado 12 de agosto de 2017

¿Por qué los talles no realistas replican y fortalecen un estereotipo no realista?

El sexo femenino es quien más tiempo ha sufrido de estas torturas de la moda. Pero, como contracara del mismo fenómeno, ¿por qué muchas mujeres se sometieron y se someten a ellas a pesar del sufrimientos y las consecuencias?, ¿es para “gustar” a otros aunque sea a costa de sí mismas, su salud y su bienestar?

Si bien está más instalado el problema de los talles no reales con relación a las mujeres, últimamente también los hombres han manifestado sufrir el mismo inconveniente, ¿piensan así los alumnos varones?, ¿pueden aportar ejemplos concretos?

¿Por qué es importante que los talles se construyan sobre la base científica de mediciones antropométricas?

Además de los talles, ¿de qué otra manera la moda y la industria de la indumentaria fortalecen estereotipos no realistas?

¿Solamente los compradores sufrimos el problema de los talles no realistas?, ¿o también otros actores más cercanamente vinculados a la industria, como por ejemplo los y las modelos?

¿Qué consecuencias anímicas y físicas puede traer aparejadas el uso de ropa de talles más chicos que el apropiado? Son buenos ejemplos para tener en cuenta los dolores circulatorios, incomodidad continua, deformaciones óseas en los pies y problemas de columna derivados del uso de cierto tipo de calzado “a la moda”, y las prevenciones de los médicos traumatólogos sobre el uso de stilletos

Sobre la encuesta de talles, de la consideramos muy útil participar, este es el link a la fuente: http://buenosaires.endangeredbodies.org/encuesta_sobre_talles_2017

Como recurso ilustrativo, compartimos las imágenes de la campaña “No seas esclava de la moda” referida en el artículo:

 

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Análisis de la impaciencia desde la teoría sistémica de los procesos  https://cognitio.com.ar/analisis-de-la-impaciencia-desde-la-teoria-sistemica-de-los-procesos/ Thu, 20 Jul 2017 17:50:19 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=1915 Cuando la impaciencia hace fracasar los proyectos La impaciencia proviene de la aceleración mental que adopta formas de ansiedad, abandono o apuro frente a los [...]

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Cuando la impaciencia hace fracasar los proyectos

La impaciencia proviene de la aceleración mental que adopta formas de ansiedad, abandono o apuro frente a los proyectos. Es decir, es una disfunción que se activa en el momento de ejecutar o imaginar los procesos y actividades relacionadas con la obtención de un objetivo.

Observando nuestra vida cotidiana, encontraremos que para algunos proyectos tenemos capacidad de espera, que es la paciencia, y para otros, en cambio, nos inquietamos acelerando o abandonando la obtención del resultado que esperamos. En este último caso, desaparece la espera y caemos en la impaciencia.

Para comprender nuestros estados de impaciencia, es fundamental tener un registro o percepción mental acerca de la distancia temporal entre la intencionalidad del objetivo y las alternativas de la ejecución. Al respecto, los antiguos filósofos distinguían entre el fin en su faz intencional y el fin en su faz de ejecución.

Así, por ejemplo, si no conocemos la distancia y el recorrido del camino que debe realizar quien es esperado por nosotros, seguramente nuestra imaginación habrá acortado ese camino suponiendo que es más corto que el real. Es así como, en ese margen de espera ficticio, la intranquilidad aparece mucho antes. Pero quien conoce el trayecto, en cuanto a recorrido, tiempo y dificultades, estará sereno frente a un margen de espera real.

Lo mismo ocurre en las actividades laborales y cotidianas de la índole que fuere. Para la construcción de una casa, para el arreglo de un artefacto, para los resultados de una campaña publicitaria, para la venta y conocimiento de un producto nuevo, el interesado seguramente estará impaciente si desconoce los procesos hasta que aparezcan los resultados que espera. De allí que quienes no tienen paciencia, abandonan el camino iniciado, haciendo fracasar el proyecto.

En consecuencia, la raíz de la impaciencia y de la incapacidad para esperar está en el desconocimiento del proceso, lo que conduce a ignorar y a no tener noción de los tiempos de realización. Esto explica por qué el agricultor inexperto y sin información no sabe esperar y malogra con su abandono y descuido su esfuerzo inicial por desconocer el trayecto temporal que va desde la semilla que siembra hasta la cosecha que espera. 

Por eso, una clave para la vida práctica es tener en cuenta que la paciencia está ligada al conocimiento de los procesos. De allí que la recomendación es buscar previamente la información acerca de la naturaleza del proceso que conduce al resultado que esperamos. De lo contrario, sobreviene un estado de ansiedad, abandono y decepción por impaciencia.

Contra lo que habitualmente se cree, la paciencia no es un estado o cualidad generada por la resignación ante la pérdida. Por el contrario, es un estado activo de la mente que conoce cómo se van a desenvolver los procesos involucrados para lograr un objetivo.

Así, el médico sabe esperar la cura del enfermo por la posesión de conocimientos acerca del proceso de la curación y de la enfermedad. De manera similar, el educador tiene la paciencia necesaria porque conoce la dinámica mental y la complejidad del aprendizaje. Quien en el momento presente inicia un trámite burocrático, seguramente quiera el resultado pasados unos pocos días; ello se debe al desconocimiento de los circuitos administrativos, a no haber previsto la desidia del responsable o a no conocer los procedimientos engorrosos y complejos.

Al respecto, hay procesos relacionados con trayectorias fijas y estables y que pertenecen al plano tangible y corpóreo de los que es posible anticipar con más acierto los tiempos de la espera. Pero hay otros procesos, como los relacionados con el aprendizaje, con los cambios culturales y sociales, con la toma de decisiones, con el cambio de vida, con la mejora personal, con la propia superación, que escapan a los intentos de cuantificación de la espera de los resultados.

Por eso, la madre tiene la paciencia y la capacidad de espera para la logoversión o cambio de actitud de su hijo a través del trayecto que ella percibe e intuye con más sensatez y equilibrio que los demás. Esto significa que los procesos que requieren espera de nuestra parte, exigen serenidad y cautela respecto de aquellos procesos que ignoramos su naturaleza y la dinámica de su trayectoria.

En un plano de observación más sutil, el conocimiento de sí mismo, que conlleva no sólo la aceptación de las propias limitaciones y la comprensión de nuestro talento y capacidad sino también la realización de un proceso de superación de las deficiencias, exige advertir que tal proceso exige un caudal superior de paciencia respecto de los procesos comunes. De allí que el “conócete a ti mismo” socrático sintetiza y expresa la dimensión y el alcance de la paciencia

Dr. Augusto Barcaglioni

 

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Violencia de género: los mecanismos del maltratador para humillar y degradar a su víctima https://cognitio.com.ar/violencia-de-genero-humillar-degradar/ Thu, 09 Mar 2017 21:01:00 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=1713 El debilitamiento emocional y la pérdida de autoestima Las diferentes manifestaciones de la violencia de género que estamos presenciando en el momento actual, ponen en [...]

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El debilitamiento emocional y la pérdida de autoestima

Las diferentes manifestaciones de la violencia de género que estamos presenciando en el momento actual, ponen en evidencia que el agresor emplea distintos mecanismos psíquicos para denostar y asegurar la sujeción mental de la víctima.

Con diferentes técnicas, el ejercicio de la violencia de género apunta a usar las mentes de las potenciales víctimas para convencerlas o hacerles pagar el error que no cometieron. Este es el comienzo de un desenfreno mental que termina en las situaciones ya conocidas de violencia en la vida de la pareja o la familia.

En este sentido, se podría decir que en la mente de los violentos y agresores las expectativas de dominación y ultraje constituyen un objetivo siniestro que conduce al menoscabo, contando en muchos casos con la buena fe y confianza de la víctima potencial.

Para convencer y menoscabar hay que apelar a las emociones y esto no es posible si no se crean imágenes de seducción, de promesa y hasta de temor según las circunstancias anímicas de las víctimas. Por eso, muchos violentos buscan encubrir el maltrato utilizando todos los medios posibles para construir imágenes tendientes a debilitar y confundir.

La habilidad del violento en construir imágenes de impacto, a través de reproches, promesas y temores, constituye el meollo de su intención de acceso al objetivo de poder y dominación del otro. En tal sentido, las víctimas dependen de los condicionamientos hostiles que sufren en el presente y no están en condiciones para pensar una vida distinta y un futuro liberador.

El debilitamiento emocional al que fueron llevadas, las hace cada vez más vulnerables y propensas a aceptar un repertorio de promesas sustentadas en imágenes coloridas y esperanzadoras. En tal situación, no es difícil que la víctima, socavada por la necesidad, el temor y la indefensión se adhiera a promesas seductoras sin poder disentir ni lograr la liberación del infortunio y el sufrimiento.

En no pocos casos, la inexplicable adhesión incondicional hacia el victimario guarda relación directa con la inmadurez y con la falta de confianza de quien sufre sus amenazas.

Es así como en el historial de quienes ejercen la violencia de género, las víctimas han pasado y vivido diferentes estados y experiencias desintegradoras que conducen inevitablemente a la pérdida de su autoestima, tales como:

  • Abuso a través de la agresión física y el dominio sexual.
  • Humillación mediante la palabra hiriente y ofensiva.
  • Golpes emocionales y/o físicos por razones triviales y/o de envergadura.
  • Mujeres no escuchadas y convertidas en meros instrumentos de sometimiento, pasividad y sumisión.
  • Cumplimiento de un rol secundario en la pareja y en la vida familiar.
  • Pérdida de la iniciativa y del derecho a disentir frente al entorno familiar.
  • Cosificación y transformación en recipientes humillantes del desahogo ajeno.
  • Pacto encubierto y mercantilista para vivir en condiciones de trueque e intercambio de favores.
  • Tonalidad burlesca para señalar defectos físicos o psicológicos.
  • Reiteración de chistes con apariencia inofensiva y descalificatoria acerca del modo de ser y pensar de la víctima.

Tales manifestaciones de la violencia de género se originan por el desenfreno de la mente del agresor y, en casos mucho más complejos, por la pasividad de la misma víctima cuando ésta se inmoviliza y pierde la iniciativa por temor o debilidad ante el impacto paralizante de la acción agresiva.

Pedagógicamente considerado, si realmente anhelamos un escenario donde el derecho a vivir según la propia iniciativa sea la expresión de los valores de la convivencia en la pareja o la familia, resulta insoslayable comenzar ejerciendo la capacidad para pensar con autonomía y de manera consciente. Ello constituye una exigencia a través de la cual la madurez de la convivencia podrá estar regida por los valores genuinos de la tolerancia y de la aceptación y respeto a la vida del otro.

Dr. Augusto Barcaglioni

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La ansiedad y la sensación de angustia de fin de año https://cognitio.com.ar/la-ansiedad-y-la-sensacion-de-angustia-de-fin-de-ano/ Thu, 22 Dec 2016 21:01:00 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=1652 La ilusión del “borrón y cuenta nueva” Una sensación generalizada en la última etapa del año es la angustia por finalizar los trámites y proyectos [...]

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La ilusión del “borrón y cuenta nueva”

Una sensación generalizada en la última etapa del año es la angustia por finalizar los trámites y proyectos todavía pendientes. Tal estado emocional explica la insatisfacción por no haber aprovechado el tiempo para culminar y darle forma a lo que se tenía previsto. Esto alimenta la ilusión del “borrón y cuenta nueva” y la mágica e inmadura sensación de que pronto habrá un cambio promisorio sin que medie el esfuerzo de un proceso transformador y de previsión consciente.

La fantasía de perfección para terminar el año, provoca una avalancha de recuerdos de cosas pendientes que a toda costa se quieren realizar. Este estado anímico se traduce en conductas de apuro, tendientes a hacer de manera agitada y en el poco tiempo que resta, lo quedó sin hacer ni concluir, todo bajo la idea de recuperar el tiempo perdido.

Dejando de lado ciertos casos, relacionados con asuntos contables o aquellos que exigen un cierre formal y obligatorio, la mayoría de las personas se auto-imponen un “cierre" imaginario y compulsivo que no necesariamente debe ser realizado en dicha época.

Una característica de este proceso es su duración y la alta irritabilidad que sufre quien lo vive. En realidad, dura un par de semanas, en cuyo espacio la imaginación impele al sobresalto y a la intranquilidad sin observar serenamente la realidad. En primer lugar porque, dominada la mente por el apresuramiento, se incluye en la agenda un cúmulo de objetivos sin tener en cuenta el tiempo realmente disponible. En segundo lugar, porque el sujeto imagina que es posible lograr en el poco tiempo que queda lo que no fue realizado por razones de postergación, dejadez, comodidad o inexperiencia.

Así, las personas que sufren esta situación, tienen dentro de sus mentes la imagen de las cosas todavía no terminadas en un estado de oscura insatisfacción por no haber aprovechado el tiempo. Sea como fuere, lo cierto es que en estas condiciones se vive con un nerviosismo que potencia la impaciencia, el apuro y la irreflexión . Por eso, se busca recuperar cuanto antes el tiempo y hacer las cosas pendientes para “cerrar” el año en condiciones óptimas. Y es aquí cuando el uso poco inteligente del reloj, la agenda y el almanaque empieza a fragmentar la vida sin que la víctima pueda advertirlo.

Para los afectados, este escenario mental está cargado de episodios generadores de tensiones y estrés. De esta manera, las urgencias terminan por triturar la vida atomizándola con descontentos e insatisfacciones que se fueron gestando en una causa mucho más profunda, relacionada con la pérdida gradual del sentido de la vida cotidiana.

La idea de pasar de un año viejo con cosas pendientes a un año nuevo con proyectos de renovación, es una trampa de la imaginación sin control. Es un pasaje de lo viejo a lo nuevo totalmente ficticio, impuesto con rigidez por los usos y convenciones sociales y laborales artificiosamente acatadas sin reflexión ni autonomía de pensamiento.

La vida en su expresión cotidiana es un despliegue continuo a modo de un suceso que, en el caso de los seres humanos, debería transcurrir sin interrupciones. En el acontecer vital de un árbol o de cualquier animal, la vida está atravesada por la dinámica incesante de un transcurrir intenso. Es así como la semilla transcurre a través de los años en la secuencia ininterrumpida de momentos que configuran el proceso evolutivo por el que va haciéndose árbol.

Todos los vivientes, salvo el hombre, transcurren el acontecer de la vida sin saltos ni interrupciones. Por eso el ser humano debe aprender a vivir, ya que la vida humana, en sus distintas facetas y dimensiones, puede sufrir interrupciones en ese continuo. Quien sabe vivir la vida, disfruta a pleno el transcurrir de la misma hacia su evolución.

La avidez del hombre por el control de ese proceso, lo condujo a medir el transcurso espontáneo de la vida, dando lugar a los conocidos instrumentos del reloj, la agenda y el calendario apoyados, en versión más sofisticada, por los instrumentos informáticos de última generación que potencian los estándares de velocidad y provocan la grata sensación de la cuasi-simultaneidad on line. Utilizados con inteligencia, tales instrumentos son verdaderos auxiliares de la vida en el campo de la convivencia familiar, laboral o social:

  • Quien utiliza con inteligencia el reloj, domina el tiempo cronológico y puede vencer el apuro y no caer en las alteraciones de la agitación ni de las tensiones estériles frente a la sensación del tiempo que no alcanza.
  • Quien utiliza con inteligencia su agenda, no se somete con rigidez a la misma y la convierte en un auxiliar para un recordatorio sin sobre-exigencias ambiciosas. 
  • Quien utiliza con inteligencia el conocido almanaque no fragmenta su vida en los siete días de la semana ni en los doce meses del año y es capaz de recorrer el tiempo en la fecundidad de un proceso sensible, sin dividirlo ni atomizarlo por el apuro o el apresuramiento.
  • Quien utiliza con inteligencia, disciplina y moderación la variada gama de posibilidades que le ofrece la tecnología digital, estará atento para no caer en el complicado laberinto que lo podría conducir a la pérdida de la propia intimidad, al vacío consumista y a la pérdida de reflejos mentales para pensar por sí mismo. 

Por eso, quien vive con rigidez y descuido, provoca interrupciones por el uso indebido de su inteligencia y fracciona sus días y horas alterando, por vía de letargo o apresuramiento, el continuo sensible y armonioso de la vida. Tales interrupciones son causas de incomodidad y malestar, dado que le sustrae a la sensibilidad el encanto de la vida como un fluir activo y placentero.

Las preocupaciones, los reproches y la angustia por el futuro, son maniobras especulativas de la mente que someten la vida al dominio lineal y poco flexible del cálculo y la medida del tiempo. Aquí la vida queda alterada y fragmentada, dado que el temor y la recriminación provenientes de la rigidez mental se comportan como funciones de retardo de la vida y de retracción de la colaboración expansiva ante el entorno.

Vivir la vida sin fragmentaciones y armonizarla en la intensidad sensible de dicho proceso continuo y abierto, requiere una mente lúcida y consciente y el fortalecimiento de la voluntad para la acción y el aprendizaje continuo. Esto permitirá actuar y vivir  de manera constructiva, superar las barreras de la inercia mental y habilitar un campo de experiencias de aprendizaje autónomo, innovador y cooperativo.

El punto de partida para concretar tal propósito requiere, como condición necesaria e insoslayable, el replanteo de nuestros modelos mentales disfuncionales y auto-referenciales a fin de promover el cambio del modo de pensar, de vivir y de relacionarnos con que vivimos la vida rutinaria anterior. De esta manera, estaremos a resguardo, durante el trayecto de nuestra vida cotidiana, de la seducción y el dominio de los mandatos inmaduros y obsoletos, reflejados en esta época agitada y compleja en la ingenua y burda pretensión de la conocida frase “año nuevo vida nueva”. 

Asumir una nueva cultura centrada en el proceso evolutivo de una vida superior y no en la búsqueda de resultados aparentes y fugaces nos exigirá, como tributo necesario, vivir en la conciencia de que cada instante, que configura el transcurso de nuestra vida, esté asistido por una firme voluntad de cambio y afianzado por la constancia y la paciencia inteligentes. Recién allí podríamos decir que estamos aprendiendo a vivir con sentido trascendente.

Dr. Augusto Barcaglioni

Link relacionado: http://cognitio.com.ar/2013/02/el-arte-de-empezar-de-nuevo/

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Psicopatología del amor a los animales y otras neurosis https://cognitio.com.ar/psicopatologia-del-amor-a-los-animales-y-otras-neurosis/ Mon, 26 Sep 2016 21:01:00 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=1358   Ante un tema altamente controvertido y polémico que no deja indiferente a nadie y que despìerta sentimientos contradictorios, cognitio.com.ar considera oportuno compartir, a pesar [...]

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Ante un tema altamente controvertido y polémico que no deja indiferente a nadie y que despìerta sentimientos contradictorios, cognitio.com.ar considera oportuno compartir, a pesar de su extensión, una opinión que, al margen de su valor y contenido, no deja de ser un disparador pedagógico para profundizar posibles hipótesis en un campo complejo cuya no-resolución condiciona y afecta los vínculos personales.

Las neurosis derivadas del “amor a los animales”

Publicado: Sábado, 11 de Octubre de 2008 16:10

por Ernesto Milá en ORIENTACIONES

Infokrisis.- Despues de la introducción que hemos dado en la primera parte de este pequeño estudio, pasamos en esta segunda y última parte a enumerar las distintas formas de neurosis que puede encubrir el "amor a los animales". Hemos puesto particular énfasis en una de las más llamativas que afecta, especialmente, a algunos detractores extremistas de la fiesta del toreo. Con esto liquidamos un tema que nos parece, curioso y digno de que fuera investigado en las facultades de psicología. 

Las neurosis derivadas del “amor a los animales”

Todo lo anterior nos lleva a reconocer una serie de neurosis (literalmente: enfermedad funcional del sistema nervioso caracterizada principalmente por la inestabilidad emocional), generalmente de carácter leve… salvo que adquieran rasgos extremos. Y este condicional es importante, porque, el que suscribe no alberga la menor duda de que muchos “amantes de los animales” en sus vertientes más extremas, están como las maracas de machín o, ya que hablamos de animales, como las cabras que tuve que inopinadamente daban saltos absurdos desde los más inverosímiles lugares. Sí, también tuve cabras…

Podemos distinguir un cierto número de tipologías que revisten esta neurosis. Vamos a repasarlas brevemente:

1. El amor a los animales como reflejo de la propia soledad. Hay gente que depara hacia sus mascotas unos cuidados muy superiores a los que tienen consigo mismos. Los he visto acariciando lúbricamente la panza de hembras de danés o peinando y repeinando a odiosos caniches. En cierta ocasión confundí al galgo afgano rubio, incorporado en el asiento trasero del vehículo de un amigo con una rubia despampanante cuyos cabellos caían en cascada sobre unos improbables hombros, pues hasta tal punto los tenía cuidados que no desmerecían en nada los de una hembra de trapío.

Estas actitudes de mimo exagerado hacia los animales son el reflejo de la propia soledad del propietario de la mascota. Dentro de la sociedad tenemos iguales a los que podemos deparar cariño: hijos, familiares próximos, amigos entrañables, o incluso otros seres humanos desconocidos que sufren del mal de la época, la soledad. En ocasiones no se trata de una soledad física, sino interior: cuando la mente está vacía, carece de intereses y preocupaciones, es posible que algunos humanos se "vuelquen" hacia los animales como se volcarían hacia un scaletrix o a una colección filatélica.
De hecho, todas las formas de neurosis hacia los animales indican algún tipo de carencia. La mujer soltera, el matrimonio sin hijos, el gay desengañado del mundo gay o periódicamente desengañado de su compañero periódico, tienen una tendencia a proyectar sobre su mascota todo el amor y el cariño que no pueden proyectar a otro ser querido.

No hacen daño a nadie, pero su soledad es tan evidente que, frecuentemente uno está tentado de invitarles a una copa en territorio neutral. Si el sueño de la razón produce –inevitablemente- monstruos, la soledad produce comportamientos monstruosos.

2. El resentimiento hacia los humanos. Todos hemos sufrido desengaños y golpes duros de amigos, novias, novietas, familiares, amores y amoríos. Frecuentemente, no hemos entendido por qué se nos ha hecho daño, ni por qué otros se han aprovechado de nuestro dolor y de nuestra decepción. Pero eso no es motivo suficiente para renunciar a la compañía de lo humano. Un matrimonio se puede romper, pero hay muchas más mujeres que, sin duda, encajan con nosotros, puede convertirse en nuestra nuevas compañeras titulares, suplentes u ocasionales, sin necesidad de que nos arrojemos a comprar la mascota más abrakadabrante o que nos enganchemos en un curso de cocina o de cata de vinos (salvo que no sea para ligar).

Una decepción profunda, especialmente en la juventud, puede determinar nuestro comportamiento futuro. Universalizar el daño que alguien nos ha podido hacer a todo lo que camine erguido sobre las piernas parece excesivo, y mucho más excesivo transferir nuestro exceso de cariño a una mascota que ni entiende de amores ni de cariños sino solamente de instintos.

Es cierto que la “humanidad” (si es que puede otorgarse a este concepto carta de naturaleza) ha cometido los mayores errores en la conducción de su destino. Con el planeta envenenado, con los recursos en vías de agotamiento, buena parte de la humanidad y la totalidad de la clase política miran hacia otro lado. La “humanidad” decepciona más que jugar a las quinielas y mucho más que el rasca-rasca de la ONCE, pero no tanto como para arrojarnos en brazos de los animales. Hacerlo implica una carencia y un juicio enturbiado. De la misma forma que el reconocimiento de las carencias y el sinsentido de la monarquía moderna no debe hacernos olvidar las grandezas pasadas de los grandes Austrias, de nuestros reyes de la Reconquista o la gesta de la nobleza visigoda, el odio hacia tal o cual ser humano no puede arrastrar el odio a toda la humanidad y el refugiarse en los animales como “interlocutores válidos” para paliar nuestra soledad.

3. La transferencia sado-masoquista. El sexo es un "gran misterio" que diría Crowley y también un gran espejo de deseos, traumas y frustraciones. Estas últimas semanas no han dejado de sorprenderme algunas noticias aparecidas en la prensa. Reconozco que las protestas antitaurinas no han dejado de sorprenderme por su agresividad. En 1997, en Barcelona, entonces en vías de ser declarada “ciudad antitaurina”, ya tuve la primera sorpresa cuando los activitistas antitaurinos lograron prohibir la representación de la Carmen de Bizet, coreografiada por Salvador Tábora porque un rejoneador mataba a un toro en la Plaza de Toros de la Monumental. Será porque Carmen es una de las pocas óperas que no me han hecho bostezar que recuerdo ese episodio como el principio de mi alerta sobre algo que no funcionaba en los amantes de los animales. En los diez años siguientes, los activistas antitaurinos han multiplicado sus protestas. El 18 de junio de 2007 llegaron al límite convocando una manifestación durante una corrida de toros. Asistieron 5.000 antitaurinos llegados de toda España que “sitiaron” la plaza de toros Monumental, llena hasta la bandera con sus 18.000 espectadores protaurinos. Los primeros llamaron “asesinos” a los segundos. José Tomas fue aplaudido. Entre los “asesinos” figuraba la duquesa de Alba… esa venerable anciana casadera.

Son curiosos estos antitaurinos. Un amigo que había realizado un documental aún inedito sobre las corridas de toros, me comentaba que había intentado dar una visión equilibrada de la fiesta, a favor y en contra. Cuando terminaron el documental, la productora organizó una fiesta agradeciendo a todos los que habían colaborado de una manera u otra. Invitaron a taurinos y antitaurinos. Los primeros no tuvieron inconveniente en asistir sin preguntar quien más estaba invitado. Daban por supuesto que estarían presentes los antitaurinos pero era un buen momento para intercambiar impresiones con ellos en terreno neutral. Los segundos no asistieron al saber la presencia de los primeros: ellos “no se mezclaban con asesinos”. ¿Cuál es la postura correcta? Seguramente la tolerante. Pero la tolerancia no estaba del lado antitaurino.

Esto ocurría en 2006. El año antes, la Barcelona del tripartito había declarado a la villa condal el título de “ciudad antitaurina”.

En Las Ventas las cosas no iban mucho mejor. El 30 de septiembre de 2008, seis activistas antitaurinos de la Fundacion Equanimal (que dice ser “una organización que da la cara por los animales”) irrumpían en el ruedo en plena corrida para demostrar su protesta. Acabaron ante el Juez de Instrucción del nº 32 de Madrid. El juez entendió que la medida no era sancionable y los dejó en libertad sin más molestias. Están los tiempos como para preocuparse cuatro atontolinados con ganas de hacerse masacrar…

Por que, efectivamente, desplegar pancartas insultando a los espectadores en el centro de una plaza llena no es tener “valor”, sino cometer un acto de irresponsabilidad. Sería como ir a una carnicería para hacer publicidad del vegetarianismo, y tan solo tiene parangón con la estupidez de Pepe Bono, entonces ministro de Defensa, cuando fue al Pentágono a decir, con una seriedad pasmosa a los mandos del ministerio de la defensa norteamericano que él “prefería morir a matar”, lo cual equivalía a llamar a los militares “asesinos”. O intentar difundir rap negrata en una velada wagneriana en el Liceo de Barcelona…

Anteayer mismo, una organización de defensa de los animales denunció ante el Parlamento Europeo en Bruselas las corridas de toros con una protesta de treinta personas semidesnudas que simulaban tener banderillas clavadas en la espalda. Las siglas en inglés del grupo proponía“Gente por el Tratamiento Ético de los Animales” es PETA, que en la lengua de Cervantes suena incluso más rotundo. Las consignas rezaba: "Ponte en la piel del toro. Abolición de la tauromaquia". En junio pasado, toreros como el colombiano César Rincón y el español Enrique Ponce habían salido al ruedo en el Europarlamento para defender el toreo. El camino lo había abierto Alaska (esa chica que canta mal desde hace treinta y tantos años, a la que entrevisté en 2000 y comprobé por mí mismo sus limitaciones intelectuales más que patentes, pasa por musa de la “movida” y suele vestir de manera estrafalaria, uno de los síntomas del trastorno bipolar) que no dudó en fotografiar su excedente de humanidad con tres banderillas de atrezzo clavadas en la espalda…

Oíga, toda esta forma de protestar no es excesivamente normal: si ves a una chati en la calle tirada en el suelo y desnuda con una banderilla en la espalda se te ocurre cualquier cosa antes que pensar en que protesta por las corridos. ¿Es una streaper que reivindica mejores condiciones laborales? ¿acaso una meretriz anunciando su producto? ¿una nudista en ejercicio de su causa? ¿Acaso una masoca pidiendo guerra? ¡Vaya usted a saber! Cualquier cosa antes que pensar en el tema taurino.

Un cuerpo desnudo, lamentándolo mucho, remite, sobre todo, ante todo y por encima de todo, al sexo, salvo que tenga lugar en un lugar en el que la abundancia de carnaca inhiba la sexualidad, como una playa o un congreso nudista. Y lo sorprendente es que casi tenga que pedir perdón por esta frase, cuando la desnudez humana esta íntimamente vinculada a la atracción sexual. Y es bueno que así siga siendo porque demostrará, a fin de cuentas, que algunos todavía no tenemos los instintos anestesiados con litros de pentotal sódico.

Fijémonos en la imagen: gentes en el centro de la plaza (nuevo coliseo romano) provocando al personal y buscando el martirio (pues no iban, desde luego, a convencer a los antitaurinos llamándolos "asesinos" e insultándolos). Cuerpos femeninos desnudos tendidos luciendo banderillas en la espalda. ¿Me estoy equivocando si veo en estas protestas sublimaciones de una sexualidad masoquista presente en muchos antitaurinos?

El antitaurino en el centro de un ruedo, rodeado de un público hululante que los observa entre fastidiado e iracundo por interrumpir el espectáculo, les hace sentir como los pobres cristianos llevados por esbirros romanos al circo para enfrentarse a las fieras que inevitablemente los devorarán, o para ocupar el lugar del toro en el martirio-espectáculo que es, a fin de cuentas, una corrida de toros.

El antitaurino -¿por su “amor al toro” arquetipo de la virilidad? ¿por sus pulsiones masoquistas?- desearía sustituir al toro en el ruedo y ser él la víctima del suplicio, un suplicio del que a nadie se le escapan sus connotaciones sexuales. La figura del torero resalta por sus genitales y sus nalgas, estiliza su figura en los pases y todos los toreros consideran que su arte tiene mucho que ver con la sexualidad. Muchos han confesado que los pases del toro con su rozamiento les provoca erecciones en plena corrida, otros tienen por costumbre abstenerse relaciones sexuales antes de la corrida, incluso de masturbarse, pues “el toro lo sabe”… En el arte del toreo hay mucho de sexualidad, pero en las protestas antitaurinas la sexualidad que queda delatada es la de los activistas.

En las relaciones sadomasoquistas la parte pasiva se pone en manos del sádico para que haga con su cuerpo lo que desee. Análogamente, los antitaurinos se exponen indefensos gustosamente en el centro de miles de miradas (una de las fantasías habituales del masoquismo). Y en cuanto a esa proliferación de fotos de cuerpos femeninos desnudos con banderillas en la espalda, caídos en el suelo, es una imagen es, ni más ni menos, una fantasía que satisface tanto al masoquista que gusta mostrarse débil, vencido y expuesto, como al sádico que en pie observa al cuerpo que ha dominado y que tiene a sus pies.

En el cristianismo del siglo XIX existía una técnica de expiación de los pecados que inicialmente admitió el Vaticano. Era el llamado “sacrificio pro victimal”, en la que el penitente asumía los pecados de otras personas, intentando expiarlos mediante maceraciones y castigos autoinflingidos. En el llamado “vintrasismo” (la secta fundada por Pierre Vintras)  esta técnica llegó a su exasperación y derivó, como era inevitable, en prácticas sadomasoquistas. Los antitaurinos van por los mismos pasos: de un lado intentan redimir al toro de su martirio y hacerse ellos mismos objeto del juego erótico-taurino que incluso el mismo Almodóvar identificó en la que, en lo personal, creo que es su mejor película: Matador.

La redención del toro, implica transferir inconscientemente hacia ellos el martirio. No es lo que se dice una garantía de estabilidad mental. Uno hace esfuerzos por pensar qué problemas interiores tienen algunos antitaurimos para hacer tales alardes que delatan un caos en su subconsciente que haría frotar las manos al propio doctor Freud de encontrárselos en la sala de espera de su consulta.

Es posible estar equilibrado y protestar contra la tauromaquia (“de to’ tié que haber’” que diría "el Gallo" cuando le presentaron a Ortega y Gasset como filósofo), pero cuando se vulneran los límites de lo razonable, la protesta se convierte en un escaparate de la propia interioridad.

4. El humanismo ultra generoso. Hay gente, como el que suscribe, partidario de restringir el título de “humano” a aquella minoría que aparte de comer y defecar tiene algún otro mérito que le haga acreedor del diploma de “cúspide de la evolución”. Hay otros, sin embargo, que prefieren extender el título de humano, no sólo a la totalidad de la especie humana (lo que ya nos parece mucho), sino incluso a algunas especies animales. Ahí están los fervorosos impulsores del Proyecto Gran Simio que han conseguido que el parlamento español (donde hay emboscado mucho simio o presunto tal) extienda los derechos humanos a los primates.

Se trata de una mala percepción de lo que es humano y de lo que no lo es. El ser humano es aquel que ha abandonado la estupidez (recuerden la frase de mi lama favorito) para tomar conciencia de sí mismo. Lo que define al ser humano es precisamente esto, el tener conciencia de sí mismo, y no el dominar unas pocas habilidades propias de niños de pocos meses.

El orangután es un proyecto frustrado de la evolución: es la única especie de mamífero superior al que no le importa carecer de un "hogar" propio. Cada noche, al acostarse, hace un nido nuevo. Ni siquiera se levanta para defecar. Duerme sobre sus propias heces y parece haber agotado su ciclo vital: apenas se reproduce y se extingue, no por que sea perseguido, sino porque no se reproduce. Es una especie que se agota por sí misma. El único derecho que cabría reconocerle es a una digna extinción, como a la rara avis de los comunistas todavía vivos y activos. No cabe reconocerles derechos humanos a especies que… no son humanas.

En cuanto a la experimentación científica con otros primates cabe decir que, difícilmente un científico se comportaría como un niño sádico empeñado en arrancar alas a las mariposas. Además, la imagen del científico que trabaja sólo pertenece al tiempo pasado. Hoy son equipos de científicos los que ejercen un trabajo de investigación: si uno de ellos plantea un experimento innecesario sobre un mono, los otros le censurarán su actitud y evitarán que el presupuesto de investigación, siempre escaso, se dilapide en lo superfluo. Así pues, el “ensañamiento científico” sobre los primates ya hace tiempo que cesó y también aquí el sentido común ha impuesto un código ético aceptado por todos. La investigación científica, por tanto, no es excusa para generalizar los derechos humanos a todo lo que se mueva. Si es algo, esta tendencia es un nuevo rostro de la neurosis.

Existen dos líneas diferentes de esta neurosis que derivan de dos actitudes distintas: laignorancia es una de ellas (extender por ignorancia a todo lo que se mueva los mismos derechos que a lo humano) y la desvalorización de lo humano es otra (entender que lo humano y lo animal están en el mismo nivel, lo que implica, no que el reino animal es elevado a lo humano –algo imposible- sino que lo humano es solamente considerado desde el punto de vista de su estricta animalidad).

Ser ignorante no es ninguna enfermedad nerviosa, sin embargo, desvalorizar consciente y voluntariamente la naturaleza humana, degradarla hasta situarla en el rasero de los primates superiores, es una muestra de algo más peligroso: compartir la estupidez con los animales y odiar a la propia especie.

La pobre Jane Godall, apóstol de los primates, es heroica en cierto sentido, ridícula en otro y dramática en cualquier caso. El amor a la ciencia, como el amor a los animales, también tiene su límite, franqueado el cual se cae en formas de neurosis más o menos acusadas, con o sin premio Príncipe de Asturias.

También aquí, seguramente, son las malas experiencias personales con seres humanos, lo que hace que algunas personalidades frágiles tiendan a optar por preferir el reino animal a la compañía de los humanos. Pero, no por comprensible, estamos ante algo menos que una neurosis.

5. Exhibición de matonismo. Como se sabe hay especies de perros extremadamente agresivas que gozan del favor de determinados grupos sociales. En la actualidad y con cierta razón, el gobierno ha querido que existe un censo de estas razas y que sean los ayuntamientos quienes lo gestionen. Pitbull, mastines argentinos, doberman, etc., son razas que tienen un par de características comunes: dan la sensación de que son más tontos que otras razas de perros y precisan mayor tiempo en su adiestramiento básico, y de otro son extremadamente fuertes e incluso brutales. Es decir, lo tienen todo para no acercarse a ellos, y sin embargo algún colectivo hace de estas especies su mascota de compañía.

Cada cual es como es y el matonismo de algunos sujetos tiene su prolongación en su mascota que es vista, no como un animal de compañía, sino como una extensión de la propia personalidad que intenta ampliar el radio de acción y las potencialidades más bajas de la misma.

Es evidente que no todos los propietarios de estos perros responden a estas características. Algunos de ellos han optado por comprar un perro particularmente fiero para disuadir a posibles atacantes a su propiedad. Estos perros gozan de fama bien ganada de crueles y sanguinarios, así que, a fin de cuentas, disuaden que es de lo que se trataba. A otros les ha ocurrido algo todavía más simple: el vendedor de la tienda de perros les ha encajado una de estas razas porque tenía un excedente de los mismos o para deshacerse de ellos y no ha dudado en utilizar todos los argumentos del vendedor carente de escrúpulos: que si estos perros son muy inteligentes, que si son muy obedientes, que si aprenden pronto… no, ni son inteligentes, ni aprenden pronto, ni son obedientes especialmente cuando llevan 12 horas sin zamparse un filetillo. Recuerdo a un impresentable que conocí y que todavía sigue en la emisora de Luis del Olmo haciendo infumables programas de ocultismo que solía cambiar bienes tangibles por publicidad. Mister Guau, una empresa barcelonesa de perros, accedió al intercambio: cuando estaban de moda los siberianos le encajaron uno de estos bichos de ojos penetrantes. Se preocuparon de que lo viera de lado antes de llevárselo porque el pobre siberiano era completamente bizco. Años después intercambiaron con éste tipo, un pitbull de esos que “aprenden pronto”. Así que nuestro locutor intercambió más publicidad por los servicios de un adiestrador de perros. Al cabo de mes y medio, el pitbull seguía tan absolutamente asilvestrado como antes. No había nada que hacer. Era un leño, incapaz de sumir el más mínimo truco de adiestramiento.
Un perro de gran tamaño solamente puede tenerse en el campo. Y uno de estos perros agresivos, solamente puede tenerse en una jaula o de lo contrario puede dañar a personas y bienes que acierten a pasar por ahí. Además, su tontería congénita facilita el que cualquier ladrón lo pueda neutralizar con la mera exhibición de un hueso.

La inmensa mayoría de propietarios de este tipo de perros peligrosos, simplemente los consideran, como hemos dicho, una prolongación de la personalidad, un complemento y un refuerzo de la misma. En general,  quienes obran de este tipo tienen un bajo nivel de autoestima, se saben limitados y pequeños y precisan una mascota –a falta de un par de guardaespaldas con pinta de duros- que anuncie que han llegado y que genere respeto. Pobre diablo aquel que es respetado por la mascota que va delante de la correa.

6. La excentricidad confesable. Conocí a una chica encantadora que en aquel momento tenía pirañas en el acuario. Me llamó la atención, pero como había otras cosas de ella que me llamaban mucho más la atención, no di mucha importancia al asunto. Mientras tenía compañia prescindía de las mascotas (seguramente por que  aquellas cubrían su necesidad de compañía y calor). Unos años después me la encontré por la calle con un animalejo extraño serpenteando entre sus piernas. Un hurón. No estaba, obviamente con nadie en ese momento. Cuando quiso regalarle algo a su hermano le regaló una iguana de la que todavía hay dudas sobre si se ausentó sin dejar señas o se la comió su perro pastor belga. Sí, hay gente que le gusta lo exótico.

Se trata aquí de una neurosis menor consistente en demostrar lo original que uno es teniendo una mascota que casi nadie tiene: una serpiente, un cocodrilo, un odioso escorpión. Tengo un matrimonio de amigos que durante años se dedicaron a la bonita cría del grillo. De su factoría salían semanalmente millones de grillos que alimentaban a las mascotas exóticas de media España. En cierto momento se fueron de vacaciones y al volver encontraron a todos los grillos muertos o agonizando: el sistema de calefacción había fallado. Los animales exóticos –iguanas, lagartos y lagartones- sufrieron durante algunos días hambre hasta que se recuperó el nivel de producción. Mis amigos dejaron el negocio de los grillos y se dedicaron a la publicidad. Sobre todo, coherencia.

Hubo un tiempo en que tener una iguana o un hurón era “original”. Ahora es señal de que en la tienda de animales se han desecho de un lote de estos bichos comprados a bajo precio. En un momento en el que todos los fenómenos sociales son de masas, es muy difícil ser original poseyendo una mascota que nadie más posee. No estamos en los tiempos de Blade Runner en donde tener un búho de verdad o un carnero de carne y hueso es un signo de poder (de hecho, el guión de la película se confeccionó sobre el libro ¿Sueñan los androides con ovejas metálicas?, clásico de la ciencia ficción).

Si alguien quiere demostrar algún rasgo de su personalidad o su propio estatus socio-económico y está lo suficientemente neurótico, es frecuente que lo haga a través de los animales. El famoso cura de Rennes-le-Château podrido de francos cuyo origen todavía hoy se ignora, tenía un zoológico en su jardín. Faisanes, serpientes exóticas, tigres y trigretones eran mostrados en sus jaulas para admiración del visitante. Cien años después, cualquier tahúr con fortuna derivada de la especulación o de la estafa pura y simple ha visto en el zoológico privado (jamás en la biblioteca privada, faltaría más) una forma de exhibir su poder. Desde Rodríguez Menéndez a los narcos colombianos. 
Ya sea para demostrar originalidad o poder, la mascota es el recurso que indica cierta anemia en la imaginación y un obvio estado de dependencia hacia los animales.

7. Bestialismo. l documentarme sobre este tema he recurrido a libros y, por supuesto, a Internet. En la red he encontrado poco material, tirando a ninguno, y en la biblioteca las referencias a la etología me han confirmado en lo ya escrito en algunos artículos de infokrisissobre los instintos animales (ver la serie de artículos titulada Militia). Así que he seguido escarbando en mi biblioteca. En los manuales de sexualidad he encontrado referencias al “bestialismo”, definida como todo tipo de parafilias en los que algún animal o animalejo entran en el juego sexual de la pareja o bien la cópula con algún animal. Como casi todas las parafilias ésta es bastante escalofriante para quienes no la compartimos y no puede de dejarnos de llamar la atención especialmente porque tiene que ver con la materia aquí tratada. Los psiquiatras se han interrogado sobre el origen del bestialismo, pero las respuestas no son concluyentes.

Los eruditos distinguen entre zoofilia (atracción hacia los animales) y bestialismo (acto sexual realizado con animales). Por lo visto hasta ahora, buena parte de las neurosis que hemos visto hasta ahora tienen como denominador común la zoofilia. Un “zoófilo” es aquel al que le gustan los animales, pero sin experimentar un deseo sexual. Un practicante del bestialismo, por el contrario, es el que se siente irreprimiblemente atraído hacia el coito con animales. Del bestialismo vamos a hablar a continuación. Dejando aparte el consabido caso de pastores que hasta no hace mucho pasaban meses enteros aislados con su ganado y sentían tentaciones lúbricas que saciaban con ovejas o cabras, el bestialismo es un fenómeno raro, pero no tan raro como para no ocupar un lugar en la red.

Una estadística sumergida en Wikipedia indicaba que en EEUU entre ¡un 10 y un 30% de personas! han tenido relaciones sexuales con animales… Y el Wiki añade: “la estadística aumenta hasta un 50% en jóvenes que viven cerca de granjas”… En el libro Mi Jardín Secretode Nancy Friedman, sobre 180 mujeres norteamericanas entrevistadas el 10% confesaban como la cosa más natural del mundo el haber tenido relaciones con animales. Y realmente no debe ser algo tan infrecuente cuando el bestialismo está penado en todas las legislaciones de los países occidentales. En España, en cambio, no hay ninguna ley que prevenga actos de este tipo y se aplican las leyes contra el maltrato animal.

El título de algunas películas porno halladas en la red es suficientemente significativo: “Mi mujer follando con el mastín” o aquel clásico de “Que grande la tiene mi caballo loco” (en inglés suena mejor). De todos los clásicos de lo porno, los labios de Cicciolina jugando con el pene de un garañón es quizás uno de los espectáculos más antieróticos que hayamos visto en nuestra juventud. Uno tarda en recuperarse de tales imágenes.

Habitualmente, las parafilias derivan de la búsqueda insensata de nuevas experiencias sexuales e irrumpen en personalidades particularmente obsesionadas por el sexo. La multiplicidad de emociones fuertes, rebaja la intensidad de la emoción, así pues para seguir teniendo emociones fuertes hay que rectificar el tiro y buscar siempre novedades, como el cliente habitual de un burdel especializado en número sofisticados al que después de una larga negociación el cliente habitual termina pidiendo: “¿tienen algo en peces?”. Decididamente, los labios de un besugo recuerdan a los labios recauchutados atiborrados de botox de cualquier producto erótico de consumo. Y el locutor de Punto Radio que antes os mencionaba –os lo juro por mis hijos- en directo y en cierto programa olvidable, le espetó a modo de piropo a una vidente: “Aquí está maga Iris con esos ojos de vaca…”. Y se quedó tan fresco. Comparar una mirada femenina con la de una vaca evidencia cierta perturbación mental, además de una indescriptible tontería.

Cuando esta parafilia no deriva de la curiosidad sino de la obsesión por lo animal, la cosa es mucho más grave. Las tipologías son varias: desde el marido voyerista que no toleraría jamás que su mujer hiciera el amor con otro hombre, pero que no tiene inconveniente en que el pastor alemán (raza de perro) penetre a su mujer, hasta la solterona que ha adiestrado a su caniche para el consabido trabajo en los bajos.

Determinadas parafilias suscitan tanto ironías como conmiseración, a partes iguales. Si la vida te ha llevado a que tus orgasmos dependan de un caniche o de la lengua de un Alaska Malamute, menuda vida sexual más triste y decepcionante.

La conclusión de este trabajo es que si el rechazo a lo humano, la desconsideración por lo humano, la minusvaloración de lo humano, la soledad en relación a lo humano, el resentimiento hacia lo humano o las transferencias masoquistas, te han llevado a amar a los animales, lo primero que debes hacer es visitar al psiquiatra más próximo. Hay algo en tu sistema nervioso que hace contacto.

Si perteneces a alguna asociación de defensa de los animales, estás haciendo un trabajo altruista en lo que crees justo. Piensa de todas formas que muchos humanos sufren mucho más que los animales que, a fin de cuentas, carecen de sentido de la presencia. Y piensa incluso que cerca de ti siempre hay humanos que sufren y que requieren ayuda. Tú no tienes derecho en creerte obligado a ayudar a especies inferiores, mientras que los que son como tú, y que están cerca de ti sufren.

© Ernesto Milà – Infokrisis – Infokrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com

http://infokrisis.blogia.com/2008/101103-psicopatologia-del-amor-a-los-animales-y-otras-nureosis-ii-de-ii-.php

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Conmovedora carta de un profesor que se cansó de luchar contra los celulares en clase https://cognitio.com.ar/conmovedora-carta-de-un-profesor-que-se-canso-de-luchar-contra-los-celulares-en-clase/ Wed, 14 Sep 2016 21:01:00 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=1290 Un profesor uruguayo conmovió al mundo con una carta en la que expresaba que estaba cansado de "pelearle a los celulares, el Whatsapp y el Facebook”. [...]

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Un profesor uruguayo conmovió al mundo con una carta en la que expresaba que estaba cansado de "pelearle a los celulares, el Whatsapp y el Facebook”.

"Con mi música y la Falacci a otra parte", se llama el escrito que el académico y periodista uruguayo Leonardo Haberkorn publicó en su blog El Informante.

Con mi música y la Fallaci a otra parte

Después de muchos, muchos años, hoy di clase en la universidad por última vez.

No dictaré clases allí el semestre que viene y no sé si volveré algún día a dictar clases en una licenciatura en comunicación.

Me cansé de pelear contra los celulares, contra WhatsApp y Facebook. Me ganaron. Me rindo. Tiro la toalla.

Me cansé de estar hablando de asuntos que a mí me apasionan ante muchachos que no pueden despegar la vista de un teléfono que no cesa de recibir selfies.

Claro, es cierto, no todos son así.

Pero cada vez son más.

Hasta hace tres o cuatro años la exhortación a dejar el teléfono de lado durante 90 minutos -aunque más no fuera para no ser maleducados- todavía tenía algún efecto. Ya no. Puede ser que sea yo, que me haya desgastado demasiado en el combate. O que esté haciendo algo mal. Pero hay algo cierto: muchos de estos chicos no tienen conciencia de lo ofensivo e hiriente que es lo que hacen.

Además, cada vez es más difícil explicar cómo funciona el periodismo ante gente que no lo consume ni le ve sentido a estar informado.

Esta semana en clase salió el tema Venezuela. Solo una estudiante en 20 pudo decir lo básico del conflicto. Lo muy básico. El resto no tenía ni la más mínima idea. Les pregunté si sabían qué uruguayo estaba en medio de esa tormenta. Obviamente, ninguno sabía. Les pregunté si conocían quién es Almagro. Silencio. A las cansadas, desde el fondo del salón, una única chica balbuceó: ¿no era el canciller?

Así con todo.

¿Qué es lo que pasa en Siria? Silencio.

¿De qué partido tradicionalmente es aliado el PIT-CNT? Silencio.

¿Qué partido es más liberal, o está más a la "izquierda" en Estados Unidos, los demócratas o los republicanos? Silencio.

¿Saben quién es Vargas Llosa? ¡Sí!

¿Alguno leyó alguno de sus libros? No, ninguno.

Conectar a gente tan desinformada con el periodismo es complicado. Es como enseñar botánica a alguien que viene de un planeta donde no existen los vegetales.

En un ejercicio en el que debían salir a buscar una noticia a la calle, una estudiante regresó con esta noticia: todavía existen kioscos que venden diarios y revistas.

En la Naranja Mecánica, al protagonista le mantenían los ojos abiertos con unas pinzas, para que viera una sucesión interminable de imágenes, veloces, rápidas, violentas.

Con la nueva generación no se necesitan las pinzas.

Selfies Facebook Naranja MecánicaUna sucesión interminable de imágenes de amigos sonrientes les bombardea el cerebro. El tiempo se les va en eso. Una clase se dispersaba por un video que uno le iba mostrando a otro. Pregunté de qué se trataba, con la esperanza de que sirviera como aporte o disparador de algo. Era un video en Facebook de un cachorrito de león que jugaba.

El resultado de producir así, al menos en los trabajos que yo recibo, es muy pobre. La atención tiene que estar muy dispersa para que escriban mal hasta su propio nombre, como pasa.

Llega un momento en que ser periodista te juega en contra. Porque uno está entrenado en ponerse en los zapatos del otro, cultiva la empatía como herramienta básica de trabajo. Y entonces ve que a estos muchachos -que siguen teniendo la inteligencia, la simpatía y la calidez de siempre- los estafaron, que la culpa no es solo de ellos. Que la incultura, el desinterés y la ajenidad no les nacieron solos. Que les fueron matando la curiosidad y que, con cada maestra que dejó de corregirles las faltas de ortografía, les enseñaron que todo da más o menos lo mismo.

Entonces, cuando uno comprende que ellos también son víctimas, casi sin darse cuenta va bajando la guardia.

Y lo malo termina siendo aprobado como mediocre; lo mediocre pasa por bueno; y lo bueno, las pocas veces que llega, se celebra como si fuera brillante.

No quiero ser parte de ese círculo perverso.

Nunca fui así y no lo seré.

Lo que hago, siempre me gustó hacerlo bien. Lo mejor posible.

Justamente, porque creo en la excelencia, todos los años llevo a clase grandes ejemplos del periodismo, esos que le encienden el alma incluso a un témpano. Este año, proyectando la película El Informante, sobre dos héroes del periodismo y de la vida, vi a gente dormirse en el salón y a otros chateando en WhatsApp o Facebook.

¡Yo la vi más de 200 veces y todavía hay escenas donde tengo que aguantarme las lágrimas!

También les llevé la entrevista de Oriana Fallaci a Galtieri. Toda la vida resultó. Ahora se te va una clase entera en preparar el ambiente: primero tenés que contarles quién era Galtieri, qué fue la guerra de las Malvinas, en qué momento histórico la corajuda periodista italiana se sentó frente al dictador.

Les expliqué todo. Les pasé el video de la Plaza de Mayo repleta de una multitud enloquecida vivando a Galtieri, cuando dijo: "¡Si quieren venir, que vengan! ¡Les presentaremos batalla!".

Normalmente, a esta altura, todos los años ya había conseguido que la mayor parte de la clase siguiera el asunto con fascinación.

Este año no. Caras absortas. Desinterés. Un pibe despatarrado mirando su Facebook. Todo el año estuvo igual.

Llegamos a la entrevista. Leímos los fragmentos más duros e inolvidables.

Silencio.

Silencio.

Silencio.

Ellos querían que terminara la clase.

Yo también.

FUENTE

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La hipocresía del cariño fácil https://cognitio.com.ar/la-hipocresia-del-carino-facil/ Thu, 08 Sep 2016 21:01:00 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=1229 La  ilusión de dar y recibir afecto "chatarra" En momentos en que los vínculos afectivos están en crisis y colocan a los individuos ante la [...]

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La  ilusión de dar y recibir afecto "chatarra"

En momentos en que los vínculos afectivos están en crisis y colocan a los individuos ante la amenaza de una temible soledad, aparecen comportamientos que tienden a lograr a toda costa y de manera rápida la aprobación y la aceptación ajena.

En tal contexto amenazante, impregnado de dolor y tristeza, ser aprobado y tenido en cuenta aunque más no sea por algún ocasional transeúnte, constituye un trofeo muy apreciado aun cuando dure instantes muy fugaces.

Por lo tanto, hay que mostrar cariño para conseguir migajas de afecto como una forma de ser retribuido bajo la misma especie.

Esta es la búsqueda del cariño fácil, que se otorga y recibe a una velocidad que pone en evidencia la carencia de bases sólidas y de cimientos firmes que aseguren un vínculo sincero, solidario y generoso.   

Pasado cierto tiempo, los protagonistas de este juego recíproco de gran fugacidad comprueban que el trofeo que cada uno logró no fue más que una imaginaria ilusión que desaparece ante el olvido y la crítica más inocente y sincera.

Tales comportamientos con rasgos aparentemente afectuosos, duran instantes cuya fugacidad no echan raíces ni consolidan una amistad leal y duradera. De esta forma, muchos individuos viven la ilusión engañosa de dar y recibir un verdadero afecto "chatarra", carente de solidez y que ponen en peligro la salud emocional de quienes practican en la fantasía una amistad que no existe. 

Al respecto, podemos mencionar algunas conductas y  actitudes que tienen características y manifestaciones confusas y de cierta ambigüedad, propio de esa liviandad del cariño fácil y de ocasión:

  • Las conductas que se llevan a cabo ante la presencia de gente en situación transitoria, que van desde una determinada compra en un local de golosinas, hasta la reunión de personas importantes en los “puntos calientes” que atraen el consumo compulsivo en el interior de un crucero.
  • La vehemencia y el despliegue aparatoso de simpatía y afecto por parte de personas que acaban de conocerse.
  • La apelación al llanto fácil como un recurso para atraer y llamar la atención y consideración ajena.
  • La confesión pública como práctica hipócrita e indiscreta que busca el impacto emocional a través del manoseo y la falta de pudor ante la propia intimidad.
  • Las donaciones de tiempo y dinero mediante el ejercicio de la beneficencia y de conductas aparentemente honestas como manifestaciones poco sinceras del cariño fácil.  
  • La aceptación de la frivolidad de modas y modismos aceptados con reverencia.
  • La actitud complaciente ante los caprichos de algún allegado.
  • La aceptación sin crítica de modelos de vida seductores que terminan por usurpar el sitio de la conciencia y de la propia verdad.

Tales comportamientos y actitudes constituyen una muestra evidente de las hipocresías del cariño fácil que terminan en la anorexia emocional generada a las sombras de los afectos "chatarra".

Dr. Augusto Barcaglioni

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Buscar aprobación a costa de hacer el ridículo https://cognitio.com.ar/se-perdio-la-alegria-y-se-la-busca-a-costa-del-ridiculo/ Tue, 26 Jul 2016 21:01:00 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=1100 Se  perdió la alegría y la personalidad busca aprobación a costa del ridículo Consta a la observación personal que la alegría es el indicador más [...]

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Se  perdió la alegría y la personalidad busca aprobación a costa del ridículo

Consta a la observación personal que la alegría es el indicador más evidente de una vida bien vivida. Cuando falta alegría, se desdibuja y opaca cualquier actividad, se pierde contacto con los demás y la ausencia de estímulo y motivación impide generar nuevos proyectos y aprendizajes. Por eso, y dado que tal carencia es un vacío que conduce a una pérdida gradual de energía, se la busca a toda costa y a cualquier precio.

Así, vemos que muchos llegan a "comprar" alegría a través del aturdimiento, de la frivolidad, del consumismo, de la ilusión o de los afectos forzados. De esta manera, presenciamos en la actualidad uno de los espectáculos más absurdos y lamentables del ser humano, que consiste en simular ser feliz y aparentar lo que no se es en realidad bajo la ilusión de ser aprobado y tenido en cuenta por los demás.

El absurdo concepto de alegría como un bien tangible, cuya posesión es posible lograr mediante contra-prestaciones de consumo en el nivel del status, del lucimiento personal y del intercambio de afectos cuasi fenicios, es un desvío que conlleva mayor confusión y angustia. En este sentido, la luz artificial ilusoriamente provista por esas alegrías que surgen de una frivolidad y banalidad al límite del ridículo y de la pérdida de la dignidad, es una evidente forma de oscuridad.

La avidez de ser aprobado y el riesgo de permanecer fuera de sí mismo para lograr a toda costa un imaginario lucimiento, vacía la vida, le quita sentido, alegría y bienestar. En tal estado, el objetivo de la vida se reduce a consumir compulsivamente aquellas cosas que generan la ilusión de ser más por el mero hecho de llamar la atención de los demás. Es tal su fuerza alienante que, con tal de ser percibido, el sujeto maltrata su intimidad aún bajo el costoso y degradante precio del ridículo y de la falta de dignidad. 

Al ser sustituido por elementos y situaciones provenientes de un entorno seductor y atractivo que persigue el enaltecimiento egoísta de una personalidad vacía, el sujeto se convierte en uno más dentro del rebaño cerrado sostenido por la ilusión de ser lo que no se es. Al dejar de ser, y agotado el tiempo precario de la ilusión, sobreviene una decepción que incita al sujeto a nuevas búsquedas de alegrías artificiales en circuitos, muchas veces adictivos, que reiteran el vacío creciente de la insatisfacción crónica.

Por otra parte, una vida activa y consciente, que se interroga seriamente, que busca conocer y aprender más, que somete las apariencias a la prueba de la duda creativa, que se confronta a sí misma sin temor y que no se estanca en la rutina de las certezas, configura una vida alegre y saludable que llena de manera autónoma e inteligente sus propios vacíos. Por eso, recuperar la vida propia implica percibirse a sí mismo como fuerza constructiva en evolución para ser cada día más y acceder a sutiles comprensiones que permitan salir de la oscuridad mental y del vacío emocional.

Desde una visión filosófico-pedagógica, tal estado mental le permite al sujeto ejercer la titularidad de sí mismo, con capacidad para vivir de manera autónoma y sin quedar sometido a estereotipos inculcados por una educación alienante. La alegría genuina proviene de la confianza y del conocimiento de sí mismo y, desde este lugar central, el sujeto hace brotar de su propio interior una fuerza sin artificios para aprender sin miedo de los errores propios y ajenos. Es así como podrá ayudar a los demás con generosidad y sin ostentación y reconocer sus propias debilidades y deficiencias sin sentir menoscabo alguno.

Esto, por su parte, le permitirá experimentar íntimas emociones superiores y ejercer la capacidad para ubicarse y vincularse con sencillez, modestia y sin soberbia junto a quienes anhelan enriquecer el proceso de la propia superación personal y enaltecer su existencia sin desvirtuarse a sí mismo. En todo esto radica la gran diferencia entre la alegría aparente y forzada, que hace al sujeto prisionero de las apariencias de la vanidad y de la contaminación de la soberbia,  y la alegría fresca, apacible y generosa, que emerge de manera sencilla y espontánea a través de un pensar y un sentir alimentados por la lucidez, la autonomía y la transparencia de la propia conciencia.

Dr. Augusto Barcaglioni

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La  apelación al ridículo y a la extravagancia para ser más

Si observamos la propensión de la mente de ciertos individuos de querer llamar la atención aprovechando cualquier circunstancia o situación a su alcance, nos encontraremos con la causa que la provoca: su vacío y mediocridad.

Esto explica por qué muchos buscan satisfacer la avidez de fama y lucimiento a costa de cualquier cosa: algunos apelan al ridículo; otros a la simulación de conductas llamativas; otros a la provocación y la mayoría a la desmesura.

De lo que se trata es atraer la atención, bajo el afán exagerado de ser percibidos. Es la percepción de los demás la que valida en ellos el verdadero ser y la razón de vivir. Por eso, si no fueran percibidos, sufrirían la peor de las sensaciones del ser humano: la sensación de no ser nada.

Si la percepción momentánea y fugaz de los demás conforma y sacia por un breve lapso de tiempo la sensación de vacío y de no ser nada, ello se debe a que el vacío siempre está presente en quienes la frivolidad y la superficialidad terminan por llenar la apariencia de sus vidas. Y tal vacío resulta tan insoportable, que se lo busca ocultar como fuere, aunque sea con el ridículo.

Así, el mediocre y el necio no advierten que la anestesia temporaria que permanentemente consumen a través del ridículo hecho público, los va dejando cada vez más vacíos. El querer ser lo que todavía no se es, lleva a cualquier persona a la búsqueda de la apariencia llamativa, como el camino fácil y el atajo que sustituye el esfuerzo y remplaza la constancia requerida para la propia superación.

Con el transcurso del tiempo, el despilfarro de energías que ello significa, conduce a un incremento del vacío en que transcurre la existencia del mediocre. Para ello, se apela a la imaginación que, en su exuberancia, no desdeña en aferrarse a suposiciones y construir fantasías que han de conducirlo al falso y oscuro convencimiento de ser más aunque los demás no lo noten.

Es tal el aturdimiento y el atontamiento mental de quienes son víctimas del ridículo a que los somete su propia mediocridad, que no tienen la capacidad para registrar su estéril anonimato. En este proceso inadvertido y casi irreversible, la sensibilidad ausente termina por “plastificar” sus emociones. Esta es la consecuencia más lamentable e inesperada que padece la vida sin frescura ni alegría de quien sufre el vacío de una existencia intrascendente.

Dr. Augusto Barcaglioni

 

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Comprender y dominar los problemas de la vida cotidiana https://cognitio.com.ar/aprender-a-dominar-los-problemas-de-la-vida-cotidiana/ Thu, 23 Jun 2016 21:01:00 +0000 http://cognitio.com.ar/?p=979 Frases logosóficas Aprender a ser feliz aún en las incomodidades y molestias. Aumentar la capacidad mental para achicar los problemas. Es necesario convertirse en el [...]

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Frases logosóficas

  • Aprender a ser feliz aún en las incomodidades y molestias.
  • Aumentar la capacidad mental para achicar los problemas.
  • Es necesario convertirse en el administrador de la propia vida.
  • Es necesario saber que se es capaz de resistir grandes sufrimientos, contrariedades y peligros.
  • Juzgue cada uno por sí cómo es su vida cuando piensa y cómo cuando no piensa.
  • Buscar la unidad dentro de sí mismo para no perderse en el laberinto de los problemas y de las propias contradicciones.
  • Para que los hombres se unan, se requiere que exista algo que los vincule a una corriente de fuerza generadora de energía.
  • Para lograr mayor rendimiento en cada espacio de tiempo que se quiera aprovechar, debe la paciencia, que acompaña a la acción, ser inteligente.
  • Un ser se suma a sí mismo conforme va conociendo más y va alcanzando concepciones más amplias de la vida y de todo cuanto le rodea.
  • La mente no ha sabido ubicarse en la verdadera línea del tiempo por impedírselo las exigencias permanentes de un pensamiento de apuro.
  • Los problemas en la vida y no la vida en los problemas.
  • La verdadera felicidad consiste en conocer la verdad de la vida.
  • Cuando la comprensión que es luz penetra en la esfera mental, el sufrimiento que es sombra desaparece.

 

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