El violinista famoso
Un violinista de prestigio, miembro de la orquesta más famosa del mundo, aplaudido y aclamado por todos y reconocido mundialmente, quiso disfrazarse para que, pasando desapercibido, pudiera tocar en las esquinas de mayor tránsito de personas. Lo veían como a un pobre mendicante y a nadie se le ocurría que detrás de esos cuasi harapos estaba el famoso y reconocido violinista. Nadie escuchaba ni aplaudía.
Un día observó con profundo dolor que un hombre de traje y muy bien vestido pasó delante de él con aire de desprecio ante lo que finamente interpretaba con su violín. No le dolió la indiferencia de ese hombre en la calle. Más le dolió su hipocresía, al comprobar que era uno de los que más lo aplaudió y ovacionó la noche anterior en el teatro más prestigioso del mundo.
Moraleja:
- Vencer la tentación de la apariencia es empezar a ver el propio brillo personal
Tener en cuenta que:
- Se gasta más energía en fingir parecer que ser.
- Por las apariencias y la búsqueda de prestigio y lucimiento personal, ignoramos al que está oculto, al modesto, al hombre sencillo, aunque de él provengan las virtudes y conocimientos más excelentes.