Aprender a crear puntos de bifurcación evolutiva
En la presente nota vamos a aplicar a la vida humana, en su versión de éxito y fracaso, un tema que se vincula con la pérdida del equilibrio y estabilidad de los sistemas en general y que genera una discontinuidad o bifurcación que, en ciertos casos, puede conducir a la destrucción o al crecimiento del sistema. Este es un tema complejo que pertenece a la teoría de las catástrofes (R.Thom-E.C.Zeeman, 1960; ref. Charles François-GESI) y que adaptaremos para ilustrar cualitativamente la dinámica de la evolución humana en las diferentes instancias de la vida personal y social.
Sin pretender forzar la interpretación de este tema sistémico de base matemática, y ateniéndonos a un sentido amplio, no lineal y pedagógico del mismo, diríamos que cada decisión tomada o situación vivida por el sujeto, necesariamente plantea en su vida un punto de bifurcación hacia nuevos aprendizajes o regresiones. Esto significa que lo experimentado en términos de decisiones nuevas, aciertos, desaciertos, catástrofes, accidentes, enfermedades, voluntarios o no, se comportan como factores de interrupción o ruptura de una continuidad aparentemente estable que se estaba viviendo hasta el momento del nuevo evento.
La multiplicidad de casos o eventos, irrelevantes o trascendentes, que se suceden a lo largo de la vida humana constituyen formas de bifurcación aunque no se las advierta. Esto nos indica que lo que aparece como hecho irrelevante quizás no lo sea o, a la inversa, que un hecho percibido como relevante, probablemente no sea tal.
Podríamos distinguir dichos puntos de bifurcación según dos situaciones que configuran la relación del sujeto con su entorno próximo y remoto:
Por un lado, tenemos las bifurcaciones que plantean las situaciones o hechos que se originan independientemente de las decisiones y la voluntad humanas, como los eventos relacionados con catástrofes o hechos no controlables, per se, por el hombre. Frente a estos puntos de bifurcación algunos individuos o comunidades tomarán, o no, la decisión de acceder a un aprendizaje.
Decidir aprender con posterioridad a un evento constituye una optimización evolutiva de la bifurcación. Lo opuesto a tal decisión sería la sensación de fracaso y la anulación de toda posibilidad de accionar evolutivamente frente a las situaciones fallidas. De esto dan prueba los individuos y pueblos que han podido sobreponerse y logrado superar los efectos de catástrofes y situaciones graves, frente a aquellos que no pudieron afrontar la adversidad y disminuir su impacto.
La otra situación en que aparecería un punto de bifurcación surge de la conciencia del sujeto, al promover actitudes adaptativas y adoptar nuevos elementos de superación de la meseta en la que estaba posicionada su inteligencia hasta ese momento. Consiste en configurar en cada instante nuevos puntos de bifurcación, todo ello bajo el influjo de la multiplicidad de casos simultáneamente posibles ante los que el individuo podría adoptar conductas de prevención y/o evolución. Se trata, en este caso, de bifurcaciones que se plantean mediante la intervención de la inteligencia y la voluntad y constituye un nivel de comprensión superior de los hechos y situaciones que rodean al sujeto.
En tal sentido, cuando el sistema cognitivo-emocional del ser humano está preparado para comprender y enfrentar conscientemente la multiplicidad de situaciones de bifurcación posible, se instala un proceso evolutivo de aprendizaje continuo.
Caso contrario, en ausencia de una actitud consciente y de falta de observación, cada hecho conduciría a un retroceso o inercia, dado que el sujeto, al no poder plasmar procesos de bifurcaciones, podría retroceder en el aprendizaje y en el crecimiento evolutivo de la vida. Este sería el caso de la rutina que, al permanecer en el mismo estado, el sujeto deja de registrar los cambios planteados por los múltiples eventos y sus bifurcaciones.
Esto nos plantea una pregunta difícil de responder por ahora: ¿somos capaces de identificar los puntos de bifurcación planteados por nuestros éxitos y fracasos y transformarlos en situaciones evolutivas para nuestra vida y la de quienes nos rodean?
Dr. Augusto Barcaglioni
Link: aprender a identificar las bifurcaciones