No sabemos pensar, por eso tenemos que aprender a conocer lo que la mente debe pensar.
De lo contrario, la mente estaría sometida a una sucesión de imágenes y pensamientos que se suceden de manera anárquiuca y desordenada en unos casos, y tumultuosa en otros.
Actualmente, la educación no enseña a pensar. Induce a memorizar contenidos sin pensar ni reflexionar mediante hipótesis.