Para favorecer la introspección…
Imágenes adquiridas en el pasado y todavía presentes
Recuerdo que siendo muy niño, observaba la foto de un señor asomado en la ventana de una casa elegante. El primer impacto o impresión que tuve fue asociar e imaginar un estado de bienestar y tranquilidad en un personaje que parecía estar en paz.
Ese impacto duró muy poco. Apareció mi madre y comentó la foto a partir de su mundo interno, un poco oscurecido por la tristeza y el pesimismo. Simplemente señaló, al ver la imagen, la soledad y posible tristeza de ese señor.
Con muy pocas palabras, mi madre logró cambiar mi placentera sensación inicial por una imagen gris y solitaria. Allí quedó una historia aparentemente trivial e inofensiva…
Hoy advierto, ante la apacible circunstancia de observar la lluvia o los árboles desde cualquier ventana en un día sin sol, que la imagen provocada por aquel comentario triste todavía está intacta, ya que suele asomarse en algunos momentos y oscurecer vivencias actuales que no tienen vinculación alguna con el pasado.
Si observamos nuestras emociones y estamos atentos a lo que vamos viviendo, quizás nos encontremos que ciertas emociones negativas provienen de imágenes del pasado que seguramente no tienen relación ni vinculación alguna con el momento presente.
Ejercicios:
- Identificar los momentos tristes vividos en el pasado que nos llevan a oscurecer y empañar el presente.
- Reflotar de manera voluntaria y consciente las circunstancias y situaciones pasadas que nos provocaron sensaciones positivas y emociones gratas.
- Ante ciertas emociones que vivamos, observar si surgen por semejanza o por contraposición con algunos hechos del pasado.