Enfrentar y ampliar los propios límites

crisis

Adaptación constructiva a situaciones hostiles e imprevistas 

 
Como todo ser viviente, en ciertos momentos y circunstancias el ser humano debe enfrentar situaciones inesperadas, virulentas y hostiles. Esto podría exceder su umbral de tolerancia a la adversidad o a ciertos estímulos inusuales o excesivos. Cuando esto último sucede de modo extremo, puede sobrevenir la muerte o la enfermedad y esta es una regla universal en la naturaleza de todo ser vivo. Por otra parte, y debido a su configuración psicológica y mental, el hombre debe enfrentar situaciones adversas que conmueven su vida emocional y mental. En este terreno cognitivo, tampoco queda exceptuada la regla universal relacionada con los umbrales de tolerancia que la psiquis humana tiene también con aquello que se le presenta con rasgos de hostilidad. 

De allí la necesidad de conocer los propios umbrales de tolerancia y de no franquearlos cuando, por exceso de confianza, por prejuicio o ignorancia se vulnera la capacidad para enfrentar las condiciones adversas. Aplicando un ejemplo cotidiano y sencillo, quien por falta de conocimiento de su propio organismo excede el umbral de tolerancia del mismo respecto de un determinado alimento, está franqueando dicho umbral y pone en riesgo su salud. O cuando por exceso en el trato con el semejante se transgrede el umbral de tolerancia que fija la sana convivencia y el respeto mutuo, se ponen en serio riesgo los vínculos afectivos. 
 
Los umbrales de tolerancia a la adversidad o a cualquier estímulo varía en cada individuo; y es en el campo cognitivo y emocional donde las variaciones se presentan de manera más notable, voluble y hasta con cierta labilidad. Y así como ciertos individuos soportan el dolor físico de una manera diferente a la de quienes no resistirían el mínimo rasguño, de igual manera ocurre en el caso del dolor emocional. Las diferencias entre unos y otros radica en el mantenimiento de la integridad y la entereza para ejercitar las capacidades que permitan enfrentar, saber aceptar y ampliar los propios límites cuando las situaciones adversas e imprevistas exigen una adaptación constructiva y ascendente. 
Pero es preciso aprender a diferenciar entre transgredir el propio umbral de tolerancia y ampliar el mismo. Cuando se lo transgrede, se lo hace por razones de reacción, impulsividad o ignorancia acerca de los propios límites; cuando se lo amplía, se lo hace a partir del conocimiento de los propios límites y, en este caso, emerge una forma de estabilidad dinámica que permite la permanente adaptabilidad frente a situaciones conflictivas e imprevistas. Este es el concepto central que hemos mencionado reiteradamente en nuestras notas como un proceso de adaptación ascendente y evolutiva a aplicar, sobre todo, en el campo emocional y cognitivo. 
Encontramos así el fundamento pedagógico que explica los diversos comportamientos de las personas frente a la adversidad y al dolor. La capacidad que permite enfrentar los propios límites y ampliarlos al mismo tiempo, se logra mediante el conocimiento de las propias potencialidades para establecer, a través de nuevos aprendizajes, una relación constructiva con las adversidades, conflictos y situaciones hostiles que presenta el entorno. 
Como podemos observar, el rendimiento del individuo y su capacidad para enfrentar situaciones críticas, cualquiera sea su edad o condición, dependerá de su adaptabilidad constructiva a las situaciones hostiles e imprevistas. Pero ello será posible si media la posesión de cualidades, hábitos y destrezas mentales que le permita el ejercicio de una apertura y flexibilidad mental sostenida cada vez que se encuentre en situación de turbulencia e inestabilidad. 
Esto nos permitiría establecer la siguiente ecuación sistémico-cognitiva: la invasión de los elementos hostiles del entorno vulnera la integridad del sujeto en proporción inversa a su posesión de reservas y capacidades. Si el individuo dispone de reservas internas podrá enfrentar y neutralizar las hostilidades y mantener su estabilidad emocional ante las oscilaciones y cambios imprevistos del entorno. Pero si carece de reservas, cualquier estímulo podría llevarlo a un estado de inestabilidad que comprometería su capacidad adaptativa. 
De allí que el desafío del ser humano ante la vida y la condición de posibilidad para su evolución radican en el acrecentamiento de sus reservas internas mediante el acceso a nuevos conocimientos, la formación de sus capacidades latentes y el desarrollo de competencias y habilidades en los diversos campos y áreas en los que ha de desenvolver su vida.
 

Dr. Augusto Barcaglioni
 
(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia los 
temas más sensibles y críticos)


 
Dr. Augusto Barcaglioni
Sobre Dr. Augusto Barcaglioni 264 artículos
Dr. en Ciencias de la Educación. Profesor de Lógica y Psicología (UCA). Contacto: barcaglioni@hotmail.com.ar